martes, 11 de octubre de 2011

Política norteafricana de Carlos V

    Carlos V había heredado la zona del norte de África de los Reyes Católicos, los cuales habían decidido, tras la toma de Granada, expandirse por la zona norteafricana, en parte para frenar la piratería berberisca y en parte como tarea evangelizadora.
    Las tierras de la antes llamada Berbería (comprendidas entre la frontera occidental de Egipto hasta el océano Atlántico), eran tierras que ofrecían enormes posibilidades comerciales y estratégicas al imperio.
    En cuanto al comercio, se abrieron numerosas rutas de exportación e importación de productos uniendo el continente europeo y el africano. El imperio exportaba productos como los paños castellanos, lencería portuguesa y de Flandes… Mientras que se importaba cuero, miel, azúcar, cera y dátiles. Todo esto crea un importante trasiego de mercancías de Europa a África, lo que desencadenará el auge de piratas, que, por otra parte, no es nada nuevo en esta zona.
    Por otro lado, las ventajas estratégicas eran evidentes. Debido a la guerra contra los turcos en la que se hallaba envuelto el Imperio, y una vez frenado el avance de estos en la zona continental europea, el norte de África se establecía como enclave estratégico en el frente mediterráneo.
    Pero también existen desventajas notorias en la posesión de estas tierras, y es que, como ya se ha mencionado antes, la existencia de ricas rutas comerciales hace que se incremente la aparición de piratas en el Mediterráneo. Carlos V realizó varias campañas contra ellos. Como ejemplos la exitosa ocupación de Túnez en 1535 y el fracaso en la conquista de Argel.
    Por último huelga decir que el Emperador no buscaba una expansión por las tierras de África, sino más bien conservar los territorios ya heredados. Debido a lo difícil que resultaba la defensa desde España de los territorios africanos, en muchas ocasiones, un método para mantener las conquistas consistió en la cesión de tierras a órdenes militares, como fue el caso de la entrega de Trípoli a la Orden de San Juan de Jerusalén.
    En conclusión podemos decir, que el norte de África supuso una ventaja en los ámbitos estratégico y comercial y resultando de gran importancia al Imperio, pero también trajo el problema de la piratería, contra la cual había que establecer defensas constantes.  


Daniel San Miguel Gamero

1 comentario:

  1. El problema de la piratería ya estaba presente antes de la política norteafricana de Carlos V. Por tanto, no fue una consecuencia de la acción del Emperador, sino un elemento más dentro de una zona de frontera con relaciones de conflicto, sí, pero también de comercio o intercambios.
    Recordad que fue uno de los frentes que nunca se pudo terminar de controlar.

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