lunes, 14 de noviembre de 2011

El papel de la ciudad en el mundo americano

La ciudad jugó un papel fundamental en América desde el punto de vista político, económico, urbano, social, religioso…

Debemos empezar situándonos en el contexto histórico. Como sabemos, Colón llega en una expedición a “Las Antillas” el 12 de octubre de 1492 y a partir de 1502 comienza el asentamiento en las islas y también en territorio del interior del continente.
Os sonarán nombres como Hernán Cortés, Pizarro o Valdivia, que fueron conquistando territorio sin prácticamente oposición y sometiendo a la población a su paso.
Así, a mediados del siglo 16, los españoles controlaban la mayor parte de los grandes imperios: azteca, maya e inca.

La monarquía española, mandó organizar jerárquicamente el territorio conquistado para controlarlo mejor y por ello se crearon una serie de instituciones como:
- Los virreinatos: el de Nueva España y el de Perú. Los virreyes (el alter ego del rey) asumían la representación personal del monarca y ejercían poderes de gobierno.
- Las gobernaciones: subdivisiones de los virreinatos con funciones administrativas y jurídicas, al frente de estos se situaban los gobernadores.
- Las audiencias: tribunal de justicia.
- Los cabildos: (en un ámbito inferior) era un concejo dirigido por un alcalde.
Es con esta división jerárquica como se entiende la ciudad como un instrumento de poder.

Uno de los motores que impulsó la rápida ocupación del territorio fue la búsqueda de minerales, por esto es primordial la función de las ciudades mineras y también las portuarias. Serán bases de aprovisionamiento, enclaves comerciales y encargadas de hacer llegar al resto del mundo estas riquezas. También destacan las ciudades agrícolas, puesto que exportarán muchos productos del Nuevo Mundo (tabaco, patata, café o maíz) que ayudarán a otros países a sobrellevar la crisis posterior.

No podemos olvidarnos de la ciudad como punto de concentración cultural. Esto provocó un gran enriquecimiento de la lengua, un intercambio de costumbres, la aparición del mestizaje y la curiosidad de ampliar el conocimiento, que impulsó el avance de distintas ciencias, como la geografía, la química o la botánica.

Otro factor decisivo de las ciudades es la distribución urbana de forma jerárquica que se llevó a cabo, porque marcaba un claro objetivo de conservación del poder.
Construir la ciudad fue un proceso largo, siguiendo un modelo general, encontramos que como núcleo principal se sitúa la plaza mayor, a su alrededor los edificios de la oligarquía social, como la casa del cabildo, la iglesia, algún mesón o la cárcel. A partir de la plaza mayor, se distribuye el resto de calles. En los barrios que se situaban a continuación es frecuente encontrar algún convento, centros educativos y también hospitalarios. Posteriormente se localizan las residencias de los ciudadanos que eran de menor clase social a medida que avanzamos hacia la periferia.


La conclusión que sacamos de este epígrafe, es que las ciudades constituyeron un enclave fundamental en el mundo americano entre los siglos XVI y XVII.

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