Con el tratado de Fontainebleau, Godoy dio permiso a las tropas francesas para atravesar España, con el pretexto de llegar a Portugal.
Esto, provocó tensiones entre los madrileños desde el primer momento y, sobre todo, desde que la Familia Real estaba reclutada en Bayona. De las palabras se pasó a las manos y comenzaron a llenarse los hospitales de la ciudad de heridos, tanto soldados defensores de la causa napoleónica, como de ciudadanos madrileños. Mientras que entre el pueblo comenzaron a romperse las hostilidades, el general Murat veía cómo se iba logrando su objetivo; se trajo la orden del mismo Napoleón de lograr exasperar al pueblo, para que éste provocara un tumulto que le diera pie a tomar represalias contra el mismo. Su sistema de guerra, tal como el Emperador había seguido otras veces, consistía en imponer el dominio del miedo.
El objetivo fue alcanzado el día 2 de mayo como fruto del enardecimiento popular que se respiraba por las calles. Pero la gota que colmó el vaso, fue la conspiración de la marcha del Infante Francisco de Paula a Bayona; los madrileños tomaron sus medidas de seguridad durante la víspera y al amanecer una turbamulta concentrada en el Palacio Real, comenzó la reyerta contra los oficiales. Tras este primer combate el alzamiento comenzó a extenderse por las calles de la ciudad, así los paisanos pusieron todos los medios para impedir que las tropas francesas salieran de los cuarteles arrojando palos, navajas, piedras, sillas, mesas, tiestos, etc. Posteriormente, todos aquellos que habían lanzado objetos contra cualquier oficial serían arrestados y fusilados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario